viernes, 3 de junio de 2011

Entrevista a Beatriz Orlowski de Amadeo 3 de Junio de 2011

NOTA PUBLICADA EN EL DIARIO TIEMPO ARGENTINO
 

“El Consejo está para restituir derechos, no sólo a los chicos pobres de la villa”


Cuestionada por supuestos desmanejos en el organismo y por la Web que sugería a los niños comer fresas y jugar al béisbol, la titular del área de niñez y adolescencia de la Ciudad de Buenos Aires aduce errores técnicos y se defiende.
  Hace dos meses que el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad está en el ojo de una tormenta. El escándalo empezó con la presentación oficial del sitio web Veo-Veo, donde se recomendaba a los chicos con derechos vulnerados combatir la mala onda, comer fresas y queso cheddar o jugar al béisbol. Pero aquella absurda propuesta resultó ser sólo un indicio de todo lo que sucedía en el organismo porteño. Detrás de ese gesto “tragicómico”, llovieron denuncias por rotación y falta de personal, malas condiciones edilicias, tercerización de servicios y desconocimiento de instancias institucionales, como la redacción de un plan transversal para el resto de los ministerios de la gestión PRO o la convocatoria al plenario bimensual.
“A esta funcionaria insensible y sofisticada no le interesan los niños y adolescentes” denunciaron los trabajadores, en referencia a la presidenta del Consejo, Beatriz Orlowski de Amadeo, y pidieron su renuncia. Tras semanas de silencio, la funcionaria accedió a hablar con Tiempo Argentino para dar su versión de los hechos. En esta entrevista, reconoce varias de las acusaciones, explica que lo de la Web fue un error técnico y se defiende: “El Consejo es para restitución de derechos, no el derecho de los pobres solamente.”
–Legisladores y trabajadores del Consejo aseguran que la institución vive una situación de emergencia, ¿coincide usted con ese diagnóstico?
–¿Qué quiere decir emergencia? Porque se puede tomar desde varias aristas. Desde hace tres años, el Consejo tiene un 50% más de personal, se abrieron cinco o seis defensorías zonales, nos mudamos a un edificio amplio, agradable, bien ubicado, con buenas oficinas para todos. Hay, concretamente, mejoras y ampliaciones.
–Sin embargo, según la Defensoría del Pueblo, en la delegación de la zona sur, que recibe el 40% de los casos, hay 16 profesionales para 3500 intervenciones.
–Sí. No digo que es relativo, pero la delegación está bastante politizada. La zona sur tiene mayor demanda porque está cerca de los barrios vulnerables. Ahí se genera movimiento y está bien, para eso estamos. Pero tiene menos personal porque quieren elegir ellos quién va y quién no. Y no quieren transferir sus casos a otras defensorías como la de Zabaleta, que está hace un año, pero a la que recién ahora le pasaron 300. Además, en el medio está el debate sobre cuándo se debe cerrar un caso. En 2010, se abrieron 8408 nuevos, que conviven con los antiguos. Mi propuesta es que cuando se hizo una intervención y se consiguió solucionar el problema, se cierre. Si el chico está en una situación vulnerable, se abre nuevamente cuando vuelva por otro motivo. Pero muchos casos se mantienen en el tiempo porque así pueden exigir más cosas.
–Los trabajadores dicen que los casos no se cierran porque no se logra solucionar las demandas,  porque no se hace uso de recursos, como el de exigibilidad.
–Eso es falso. Yo hago exigibilidades todo el tiempo. Lo que pasa es que a mí me parece tan importante como escribir papeles que las cosas ocurran, y por eso llamo directamente, molesto, presiono, pido. Igual, es cierto que hay casos que no los podés cerrar. Tampoco es un tema de una evaluación con eficiencia, rápidamente sellar, pero hay situaciones, cuando hay vulnerabilidad, que podés ponerlas como en una nube, en la columna de las nubes, porque puede que vuelva, pero no estar todo el día machacando con eso.
–¿La idea de la nube no es un poco informal?
–Es que ahora vamos a contar con una herramienta, el legajo único electrónico, y eso va a dar cuenta de la situación de cada caso. Va a ser como un semáforo, con estrellitas o banderitas.
–Pero, si entiendo bien, con mayor o menor gravedad, el número de demandas va a ser el mismo.
–Sí, va a ser igual
–Entonces, ¿no representa un colapso tener 16 profesionales para 3500 casos?
-Tendría que haber más profesionales. Pero también tendríamos que lograr que los profesionales no se sientan en penitencia si uno les pide que hagan seis meses en otra defensoría; no es un error que roten. Hay profesionales que pueden ser muy útiles en otro lugar, pero lo sienten como un “devastamiento”. Creo que es así, tiene un nombre, porque acá el sindicato a todo le pone un nombre.
–¿La rotación no afecta al trabajo?
–Parece que sí. Afecta al trabajo, pero si no rotás, tenés que contratar a alguien nuevo que no sabe nada, y no lo podés poner al frente. Y, además, hay un punto anterior: las defensorías existen antes que el Consejo; entonces, son como líberas para algunas cosas, islas para otras cosas, y tienen rabia con el central.
–Usted dice que hubo un aumento del 50% en el personal, pero faltan profesionales en las defensorías y también en la guardia de abogados, donde son 14, cuando en 2005 eran ocho, ¿dónde están los nuevos empleados?
–Yo estoy desde hace un año, no sé adónde fue cada uno. Pero, además, se crearon defensorías, dos desde que entré, y quiero una más, una subsede de Lavalle.
–Otra denuncia dice que no convoca a la reunión del plenario.
–Hay que convocar bimensualmente, y se hizo todos los meses. Yo asumí en mayo, y hasta diciembre hubo ocho plenarios. En febrero nos reunimos, y los que venían en representación de la Legislatura, las ONG y las defensorías tenían mandato vencido. Propuse hacerlo el 16 de abril, pero no quisieron  y vinieron a hacer un piquete. También está eso de protestar y andar siempre mirando lo que hace el otro.
–¿Y la conformación del plan transversal? Dicen que no se elaboró y que el Consejo ya no es una entidad autárquica.
–El tema es si se piensa que es más útil instruir o trabajar articuladamente. Yo presenté en tres plenarios el plan, aclarando que es eso a lo que me puedo comprometer. Porque se dice obligar o recomendar, pero lo cierto es a lo que vos te podés comprometer. Lo otro es lo que me gustaría que ocurra. Me respondieron que tenía que escribir muchas hojas, porque tiene tres o cuatro, y no 28 como pide (la legisladora María José) Lubertino. Pero lo presenté en agosto, y hasta ahora no tuve ninguna propuesta para mejorar. El plenario es realmente hostil.
–¿A qué población se dirige la política del Consejo?
–A todos los niños de la Ciudad de Buenos Aires. Vulneración de derechos hay en todos los barrios, en todos los niveles sociales: el abuso, el maltrato, la pedofilia. Por ejemplo, la página Veo-Veo. No podemos decir que va a ser sólo para los chicos vulnerables pobres de la villa. El Consejo es para la restitución de derechos, no el derecho de los pobres solamente, no debe ser así. <

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